Lo que tenemos que buscar antes de invitar a un cliente a comer.
Muchas veces el
primer contacto entre un empresario y su cliente no es en una oficina, sino se
busca por ambas partes un lugar "neutral" que no favorezca uno ni
otro, y al contrario facilite el dialogo.
Casi siempre se
trata de un restaurante.
Pero como
escoger el restaurante correcto? Parece increíble pero un error en esta fase de
contacto con un cliente puede comprometer la relación por años a venir.
Vamos un
poco a analizar porque y como pasa
esto.
Invitando una
persona a comer nos exponemos en uno de los hábitos más irrenunciable de
cualquier ser vivo, y obligamos la otra persona a hacer lo mismo. No es un caso
que en toda la historia de las culturas los rituales más importantes giran al
rededor de la comida.
Lo que queremos
es encontrar un lugar para estar a gusto y para concentrarnos en el estudio de
la otra persona - un poco como los perros que mueven o menos la cola cuando se
encuentran entre desconocidos, y en ningún caso la comida tiene que ponerse
protagonista entre los dos.
Vamos a pensar
por partes.
La mesa tiene
que ser suficientemente chica para poder hablar sin levantar la voz, para que
no se entere todo el mundo de la propuesta que vamos a hacer a nuestro cliente.
También es
bueno que haya un poco de ruido de fondo en el local porque si no hay nadie las
voces se escuchan demasiado amplificadas. Si el local que escogimos esta solo,
probabilidad alta en estos tiempos de crisis, podemos pedir que nos pongan un
poco de música.
Vamos al
servicio. Un buen mesero es lo que te anticipa en todo pero no se hace ver, en
otras palabras no la juega de tremendo mesero.
Esta bien que
me ofrezca algo de tomar, pero sin hablar mucho.
Puede al mismo
tiempo ofrecer bebidas, preparar la mesa adornarla con pan y salsas o aceite de
oliva, y presentar los especiales del día.
Todo en uno,
para interrumpir el dialogo una sola vez.
El pan es
vital. Muchas veces si estamos invitando a alguien con horarios de trabajo muy
intensos, no tiene tiempo para comer cuando el cuerpo lo pide, así que llega a
comer con mucha hambre.
Prohibido
hablar de trabajo antes de que se ponga en la boca un pedazo de pan: quien
tiene mucha hambre esta enojado, incomodo, y hablar de proyectos en este
momento es un error estratégico fatal.
Las bebidas son
importantísimas.
Mucha gente
piensa que para demostrar seriedad profesional tiene que pedir un refresco o
agua, nunca cerveza o vino. pero hay gente - de hecho un continente entero del
otro lado del océano - que come con vino.
Pedir solo agua
o algo sin alcohol en lugar de demostrar seriedad demuestra falta de Mundo.
Esto puede
incomodar un comensal que este acostumbrado a comer con vino.
La mejor cosa
es pedir una copa de vino, y eventualmente no tomarla.
Luego viene la
ceremonia del vino: los enólogos de moda se olvidaron que el vino es un
complemento de la comida, no el protagonista absoluto de una comida.
La gente dice
"vamos a comer" y no " vamos a tomar vino".
Si en mi comida
de trabajo quiero hablar de negocio tengo que evitar de toda forma que las
copas de vino sean más alta de 15 o 16 centímetros.
Aunque ahora
van de moda las copas de hasta 30 cm, esta son demasiado altas por una mesa
normal y constituyen una barrera arquitectónica entre comensales.
Si el
restaurante solamente tiene copas altas conviene no sentarse en frente uno del
otro sino en dos lados adyacentes de la mesa.
Y ahora la
comida. Hay algunas comidas que hay que evitar completamente: lo que queremos
es que nuestro cliente no se distraiga de la conversación.
Por esto se
tiene que sentir muy cómodo.
Así que nada de
buffet: yo estoy a punto de amarrarlo en una buena platica y se me va para
servirse más ensalada de papa.
De tacos ni
hablar, especialmente si tengo que lograr que me firme una carta. Cualquier
firma se puede esconder con una buena gota de manteca caída de un taco de
pastor!
Otro platillo
para evitar es un plato de spaghetti: a menos que el cliente no sea italiano,
la probabilidad que no tenga idea de como enrollarlos en un tenedor es
demasiado alta para arriesgarse. Pasta corta podría funcionar pero cuidado con
el albur....
Otros
ingredientes prohibidos son todos los crustáceos: camarones, langostas, manos
de cangrejos, escargot.... me acuerdo de un anécdota que me contó una amiga
hace años. Estaba en una cena muy formal en alguna embajada con poco
conocimiento del protocolo por parte del chef - ya que en situaciones formales
hay que servir platillos fáciles para el comensal para no incomodarlo , y
sirvieron caracoles. Ella que era muy joven y guapa nunca había comido un
caracol, así que pensó de ver como lo hacía la señora sentada en frente para
imitarla.
El problema es
que la señora de en frente tampoco sabía, así que las pobres se hicieron reconocer
porque al tratar de inmovilizar la concha del caracol con un tenedor, uno
terminó en el piso, y el otro en el decolté de la señora del frente!
Afortunadamente
todos los demás comensales eran muy educados y todos se hicieron los ciego
frente a tan humillante episodio.
Un ultimo
consejo. Hoy hay mucha moda de comidas alternativas y si escogen un fantástico
restaurante de carne hay una probabilidad no tan remota, que su invitado sea
vegetariano, ups...
Así que
conviene siempre un lugar donde se encuentre algo para todo tipo de exigencias.
No hay que
olvidar que la razón primaria de invitar un cliente a comer es ponerlo a gusto
para no intimidarlo o forzarlo en una oficina ajena donde pueda sentirse
atrapado.
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